Cada día son más las personas que ven en la psicología el mejor aliado para superar sus problemas. Sin duda alguna, la aceptación de la psicología por parte de la sociedad ha aumentado mucho en los últimos años. Y no es de extrañar, al fin y al cabo, es una de ramas de la medicina como otra cualquiera y al igual que tratamos molestias físicas sin ningún tipo de reparo, cada vez son más las personas que dejan de lado los tabúes sociales y tratan también sus dolencias emocionales. Además, cada vez tenemos más opciones a nuestra disposición, como www.psicoadapta.es, un equipo de psicólogos profesionales especializados en el ámbito cognitivo conductual con los que tendremos una atención personalizada, basada en la ciencia y con la garantía de años de experiencia en el sector.
La terapia cognitivo conductual: una especialidad en psicología
Pese a que cualquier psicólogo al que acudamos debe estar en posesión del título universitario que garantice que ha superado las enseñanzas regladas obligatorias, el mundo de la psicología es mucho más amplio de lo que se ve en una facultad por lo que no es de extrañar que los psicólogos completen sus estudios con todo tipo de cursos de especialización. De esta manera, no solo tendremos la seguridad de acudir a un buen profesional actualizado y bien formado sino que tendremos a nuestra disposición más herramientas con las que poder tratar nuestras dolencias.
En ese sentido, una de las especialidades en psicología que mejores resultados ofrece es la terapia cognitivo conductual. Para todos aquellos que no lo sepan, este tipo de terapia está dividida en cuatro fases que servirán para tratar al paciente: la evaluación previa (donde se irá generando la relación entre el paciente y el terapeuta y servirá para recoger los datos necesarios para el tratamiento), la explicación sobre el posible origen del problema (donde se plantean diferentes hipótesis y factores que pueden seguir teniendo una repercusión en el paciente), el tratamiento (donde se emplean las diferentes estrategias y herramientas para ayudar al paciente a superar su problema) y, finalmente, la prevención de recaídas (con el objetivo de conseguir unos resultados duraderos en el tiempo). Además, el objetivo último de este tipo de terapias es dotar al paciente de las herramientas necesarias para que él mismo sea capaz de mejorar su situación sin crear una dependencia con el terapeuta como ocurre en otros tipos de terapias. De hecho, y a pesar de que la duración de este tipo de tratamientos depende del paciente que nos encontremos, se suele considerar a esta rama de la psicología como parte de las terapias medias o breves, precisamente por la idea que ya hemos mencionado de darle al paciente la mayor autonomía posible para que sea él mismo una parte fundamental, una herramienta más, del tratamiento. En resumidas cuentas, se trata de una terapia que considera a las personas como un conjunto de pensamientos, emociones y conductas que influyen en los otros y en nosotros y que deberemos aprender a gestionar para no caer en depresiones, obsesiones, etc.
La terapia de pareja: una posible solución en las relaciones de pareja
Por otro lado, al hablar de psicología y de la terapia cognitivo conductual no podíamos dejar de mencionar la importancia que tiene la psicología en las relaciones de pareja. De hecho, a nadie le sorprenderá saber que el verano afecta a la relación de pareja y hay ocasiones en las que necesitaremos recurrir a un psicólogo para que nos ayude a superar los baches que nos encontremos en nuestro camino y que estén haciendo mella en nuestra relación. Especialmente si tenemos en cuenta los numerosos beneficios que podemos encontrar al gozar de una relación de pareja buena, que nos aporte salud y bienestar en lugar de tristeza y malestar.
Finalmente, la terapia cognitivo conductual plantea varias hipótesis que pueden explicar las crisis en las relaciones de pareja y que pueden necesitar de la ayuda psicológica para superarlas. Por ejemplo, es muy habitual encontrarnos con un mínimo intercambio de gratificaciones o bien que no se hagan de forma recíproca entre ambas partes, lo que generará insatisfacción y malestar. O bien la incapacidad de alcanzar los cambios que queremos en nuestra pareja que generarán discusiones y una pérdida de confianza en el otro. Por no hablar de las malas interpretaciones del comportamiento y de la actitud de nuestra pareja, o las expectativas que nos creamos y que acaban frustrándonos y generando malestar y falta de motivación entre ambas partes. Por eso, hay ocasiones en los que la terapia de pareja será nuestra mejor herramienta, ya que aprenderemos a hablar con nuestra pareja, a gestionar mejor nuestros pensamientos y sentimientos y a cambiar las cosas que estén en nuestra mano. E, incluso, hay veces en las que servirá para darnos cuenta de que la mejor solución es la ruptura.